Nuestra exhibicionista de hoy ha nacido para enseñar las domingas todo en público, le sobra ritmo y descaro y además ya tiene experiencia en esto de desnudarse en la calle. Primero fue por Barcelona y ahora nos venimos a Sitges. Y quizás sea el aire cinematográfico que desprende la ciudad lo que la vuelve loca porque es bajarnos del coche y sin tener que pedirlo se empieza a quitar la ropa desnudándose en plena calle, provocando las miradas y los piropos a su paso.
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